Uno lee sesudos artículos en revistas profesionales sobre cómo crear el currículo perfecto, hacerlo original pero serio, que incluya la información necesaria pero sin ser excesiva. Luego te enteras de que cerca del 60% de los trabajos se consiguen gracias a conocidos, familiares y amigos.
Uno lee completos análisis y comparativas entre artículos en busca de la compra perfecta: la mejor relación calidad precio, las mejores prestaciones posibles, que tenga cuanta novedad haya salido. Por supuesto más de la mitad de la gente se fía de las opiniones de sus amigos a la hora de hacer un desembolso de “peso” en una compra.
¿Por qué pasa esto?
Es lógica pura y dura.
- Por un lado que tus amigos te acepten es importante, o eso dicen los expertos.
- Por otro te cuentan el uso real que han hecho de ese dispositivo o uno semejante, lo que deberías tener en cuenta y lo que es superfluo.
No importa la razón. El hecho es que nos fiamos de nuestros amigos, sobretodo a la hora de gastarnos una cantidad importante de dinero en un artículo de consumo y más si es caro (televisiones, móviles, etcétera).
Sinceramente no me extraña. Entre la opinión de ciertos vendedores sin escrúpulos y la de los amigos bienintencionados prefiero los segundos sin ningún género de duda. Aunque a veces puedan equivocarse.
Por eso mismo tampoco viene mal leerse algunas reviews, opiniones en foros y artículos objetivos en blogs -que los hay- a la hora de informarse bien para tomar una decisión.
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