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miércoles, 15 de diciembre de 2021

Control Parental con Google



 

Si, pone parental en el título.  Si es por esa razón por la que han llegado aquí, lamento desengañarles. Lo que digan por ahí sobre propiedad de los hijos y a quien compete la educación de los mismos me trae sin cuidado. La polémica me parece artificial. Soy padre. Me considero responsable único de educar, enseñar y guiar a mis hijas por el camino que sus padres decidamos. De elegir la Escuela en la que creamos que les van a enseñar mejor. De votar un Gobierno al que exigirle calidad educativa. Si, por desgracia, y pese a nuestras mejores intenciones, no sale bien, ni culparemos al Estado, ni al Colegio al que han ido, ni a la sociedad en que han crecido. Será, principalmente nuestro fracaso, al menos esa será nuestra percepción.

 

El control parental de los dispositivos conectados que cada vez mas jóvenes poseen nuestros hijos es algo a mi parecer necesario e imprescindible en muchos casos. Hay mucha gente que no está de acuerdo con ésta opinión. Argumentan que significa coartar la libertad de los niños. Puedo entender esta postura, pero quedarnos sólo en esta discusión sería reducir una problemática compleja al simplismo.

 

Las herramientas de control parental son una ayuda para que los padres podamos tutelar el uso de las nuevas tecnologías por parte de nuestros hijos. El uso de estas herramientas no excluye que tengamos que asumir su educación en el uso responsable de los aparatos que pongamos a su disposición. Creo que son dos medidas que tienen que complementarse obligatoriamente. El control parental férreo sin enseñar al niño cómo responder ante situaciones digitales que no se espera es similar a tener a nuestros hijos en una burbuja. O encerrados en un Gran Hermano eterno. No es sano. El premiar el comportamiento responsable en redes de nuestros hijos según van aprendiendo con una relajación de los controles parentales es, en mi consideración, la situación ideal.

 

Estoy echando ya de menos un control parental sobre mí para no irme por las ramas mientras escribo. Hoy voy a explicarles las características de una aplicación de Google para el control parental. Family Link. Hay muchas herramientas que cumplen ésta función. He elegido ésta por los múltiples parámetros de configuración que posee, aunque la mayoría contiene opciones muy similares.

 

Para instalar Family Link, necesitamos descargarnos dos aplicaciones, una, la que ejercerá de administradora, en el teléfono o tablet de los padres y otra, en cada uno de los dispositivos del niño. Aquí hay que hacer una diferenciación. La edad mínima legal en España para tener una cuenta de correo propia es de 14 años. A partir de esa edad, el niño debe autorizar el uso de Family Link por parte de sus padres. Es decir, puede conectarlo y desconectarlo a su antojo. La aplicación de los padres recibe una notificación cuando ese estado cambia, pero sin el consentimiento expreso del menor-no-menor no podremos utilizar la herramienta. Por eso llegar a esa edad con unos padres e hijos perfectamente formada en usos y costumbres digitales y una relación de confianza establecida es un factor importantísimo.

 

Para proceder con la instalación, necesitaremos tener ambos dispositivos a nuestro alcance. En primer lugar, descargamos Family Link en el teléfono de los padres. Cuando la abramos y pregunte quién usará el dispositivo, seleccionamos Padre, madre o tutor. Leeremos atentamente los pasos a seguir. Cuando nos pregunte si nuestro hijo tiene cuenta de Google, rellenamos los datos de la cuenta o procedemos a crear una. Esta cuenta es la que tendremos que utilizar en los dispositivos móviles de nuestros hijos para iniciar sesión.

 

A continuación, descargaremos en cada uno de los dispositivos que queramos controlar la aplicación Family Link para niños y adolescentes. Introducimos la cuenta de Gmail creada anteriormente para nuestro hijo, y lo unimos al grupo familiar. Tras varias pantallas en las que nos informan de las características de lo que estamos instalando, y piden la activación, finalmente llegamos a una en la que le tendremos que asignar un nombre al dispositivo y elegir cuales de las aplicaciones que tiene instaladas actualmente queremos que permanezcan en el teléfono. Con este paso habremos terminado la configuración del móvil “administrado”.

 

Ahora solo nos queda volver al equipo configurado como administrador para gestionar las opciones que nos ofrece Family Link:

 

-         Ubicación: Si lo activamos, crea un historial de lugares donde ha estado el dispositivo de nuestros hijos.

-         Tiempo de pantalla: Nos permite configurar el número máximo de horas que puede estar encendida la pantalla a lo largo de la semana. También posee una opción, llamada Hora de dormir para que el aparato se bloquee a partir de una hora determinada.

 

-         Aplicaciones: Podemos ver las instaladas y bloquear instalaciones de nuevas aplicaciones, o de determinadas que no quiera que se utilicen.

 

-         Uso de aplicaciones: Nos ofrece informes de los últimos 30 días del uso de las aplicaciones. Cuáles han sido las que mas ha usado, y durante cuanto tiempo.

 

-         Ajustes de aplicación: Aquí podremos gestionar los permisos para las aplicaciones instaladas (si pueden acceder a la cámara o no, por ejemplo), así como establecer filtros personalizados.

 

Cualquiera de estas opciones anteriores puede ser personalizada o desactivada en su totalidad.  Depende del criterio de los padres. Como comentaba anteriormente, no podemos dejar la responsabilidad completa de la educación digital de nuestros hijos a este tipo de aplicaciones. La mediación parental (si, otra vez la palabreja) consiste en dos tipos de estrategia:

-          La restrictiva, que establece reglas y límites, adaptados a su edad y sobre todo madurez.

-         La activa, que mediante la orientación, el acompañamiento y la supervisión. Requiere disponibilidad del adulto, diálogo, explicación sobre los riesgos de internet...

 

Como conclusión. Las herramientas de control parental son muy útiles, pero deben de ser un complemento a una participación activa en la educación digital de nuestros hijos. Enseñarles y demostrarles que estamos preparados, y que estamos a su disposición para resolver cualquier duda o problema que puedan encontrarse. Ésa es la base, y no otra de una sana relación de confianza mutua.

 

Publicado en El Correo Gallego el 04/02/2021 

 


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