domingo, 31 de mayo de 2020

De virus y epidemiólogos



Corre desde hace años por el país el tópico de que en cada ciudadano hay un entrenador de futbol. Siempre lo tomé como un dicho jocoso con evidentes visos de verdad. Pero tengo la sensación de que ahora la frase se va quedando corta. Cortísima. He constatado en estos días que en cada español hay una sabiduría arcana, superior, insondable. Somos el paradigma mundial de la sapiencia. El eje de la Ilustración en el siglo XXI. Al menos es lo que se deduce de las redes sociales, o del vertedero en el que se han convertido. Lo mismo somos capaces de impartir un máster en economía, que de realizar sesudos análisis políticos capaces de enmudecer a Marx o a Voltaire.

En ética, insuperables. La propia no tiene discusión. El que no la comparta, pobriño, está perdido en los infiernos del fascismo o de la rojez, a gusto del etiquetador. Somos los dioses del odio perfecto. Los cánones de la corrección y del buen comportamiento. Catedráticos de tener la razón absoluta. Y, por si fuese poco, en los últimos meses nos hemos doctorado en epidemiología. Aleccionamos sobre virus, curvas, rebrotes y EPIs con un aplomo digno de Clint Eastwood.

Como epidemiólogo experto que soy, voy a hablarles de virus. Pero de los que más me he encontrado a lo largo de mi vida profesional: los informáticos. Que no matan pero joden, con perdón.

Los que llamamos comúnmente virus informáticos son en realidad un subtipo de una categoría superior. El malware. Este término se utiliza para hablar de cualquier tipo de amenaza informática. Proviene del inglés malicious software y dependiendo de su funcionamiento y objetivos, se divide en unas categorías que voy a intentar explicar hoy. Para simplificar, los voy a dividir en cuatro principales, aunque cualquier epidemiólogo experto pueda tirarse de los pelos ante mi ejercicio de desvergüenza.

  •  VIRUS. Un virus es la amenaza informática más antigua que existe. Requieren la intervención del usuario para instalarse y propagarse. Puede ser mediante la visita a una página web, o la descarga de algún archivo adjunto en un correo electrónico. Uno de los más famosos fue Melissa, nombrado así en honor a una bailarina de topless de Florida, según sus creadores. Infectaba todos los archivos de Word y se replicaba (reenviaba) por correo electrónico. Un tipo de virus muy específico es el gusano (worm). La única finalidad de los gusanos es propagarse. No necesita más que la intervención de un usuario para cargarse en la memoria del ordenador. A partir de ahí, es imparable. Genera tráfico y satura las redes. El más famoso, I love you, que fingía un correo con una carta de amor. En cuanto lo abrías, se reenviaba a todos tus contactos, multiplicándose exponencialmente. Falta de cariño, le llaman…
  • TROYANOS. Son programas que se esconden en la instalación de otros programas, generalmente de dudosa procedencia. La diferencia con los virus es que la función de los troyanos, basándose en la célebre leyenda, es introducirse en nuestros equipos para proporcionar acceso a su creador. En función de su funcionamiento, podemos catalogarlos como: 
    • Keyloggers. Registran todo lo que tecleamos, y lo envían al ciberdelincuente, obteniendo así, credenciales de acceso a bancos u otros servicios web. 
    • Backdoor. Crean una puerta trasera, de manera que el atacante pueda conectarse a nuestro ordenador y hacer lo que quiera. 
    • Ransomware. Uno de los más peligrosos y extendidos en la actualidad. Cifra todos nuestros archivos, y pide un rescate por la clave de desencriptado. Una auténtica pesadilla, sobre todo para las empresas que, sin una política de copias de seguridad adecuada, se arriesgan a daños irreparables. Wannacry fue el más famoso, pero recientemente me he encontrado con modelos más sofisticados. 
  • ADWARE. Comparado con los anteriores, el más benigno. Este tipo de software es molesto y su principal función es la de mostrar publicidad no deseada al usuario. Ralentiza los equipos, y nos puede incitar a entrar a páginas con peores códigos maliciosos. Suelen instalarse inadvertidamente con otros programas gratuitos. Lean bien todas las opciones de instalación antes de pulsar el botón siguiente. 
  •  SPYWARE. Este tipo de programas se dedican a recopilar información sobre la actividad de un usuario, para luego venderla en paquetes al mejor postor. Suelen pasar inadvertidos, ya que cuanto más tiempo tarden en ser detectados, mayor será la cantidad de datos recopilados. 


Existen otros tipos, que tienen características de varios de los modelos explicados. Uno de los más extendidos es el Rogueware, o falsos antivirus. Simulan hacer un escaneo para desinfectar y recomiendan como solución de limpieza otros programas que incluyen troyanos o implican pagos.

La solución para casi todos es bien conocida, aunque difícil de aplicar por la constancia que requiere. Un buen antivirus. Al día. Tener el cortafuegos activado. Todos los programas instalados actualizados, en especial el sistema operativo, para evitar que el malware aproveche vulnerabilidades conocidas. Y por supuesto, tener cuidado con el origen de los programas que descargamos, y webs de dudosa reputación.

Me grita el vecino epidemiólogo jefe que para virus fastidioso, el de la gonorrea. Y yo que pensaba que era una bacteria. País….


Enlaces de Interés

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Los siete virus informáticos más dañinos de la historia
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"Máscaras" Foto by Insights Unspoken on Foter.com / CC BY-SA
"Teclas" Foto by Infosec Images on Foter.com / CC BY 

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