sábado, 16 de mayo de 2020

Colegios y confinamiento. Una historia.



Ya hicimos referencia en varias ocasiones a las dificultades de la educación en estos tiempos inciertos. Pues me ha tocado de cerca ver que los centros, los mismos que piden "aportaciones voluntarias" -si, hablamos de centros concertados- y se jactan de ser multilingües... la cagan (no están a la altura).

Hablamos de un centro desconocido, en una provincia gallega aleatoria, concertado y parte de una orden religiosa. Un standard. Tienen una plataforma digital mediante la cual enviaban un par de avisos al mes, duplicados la mayor parte de las veces y haciéndome dudar si el emisor tiene el dedo flojo, parkinson, o es que los que se ocuparon del tema cometieron un error -espero que no fuera el/la profe de informática-. Ese era casi el único uso, junto a mandar alguna foto de eventos del centro, que se hacía de la dichosa plataforma.

Y llegan los malos tiempos. La pandemia. El cierre repentino y sin fecha del curso escolar. Ni la Xunta, ni el Gobierno dejan claro como está la cosa en los primeros dias. Se habla de aprobado general. De dejar todo como está. A la semana, de ampliar temario pero que no puntúe. A la otra semana de que no se vuelve al cole, pero sí, si es necesario para conciliar. Un sin diós.

Y ya no entramos en el plan para el año que viene. Eso lo explica mejor Soutiño que yo.

Lo que deciamos. Imaginemos un colegio de primaria y multipliquemos. Una multiplicación sencilla. Seis cursos, tres clases por curso, 25 alumnos por clase. Fácil, el resultado: 450. Anímense, propiedad conmutativa. Si todos los progenitores estuviesemos separados/ divorciados seriamos 900. Me consta que no es el caso.

Supongamos 600 padres-madres-tutores-tutoras y demás familia. Dudo mucho que entremos todos a la vez. Pues aun así. La plataforma colapsa. Me da igual si depende de la Xunta o de la Orden del Temple. Colapsa. Durante días.

Los profesores han enviado deberes -en mi caso para un crio de 9 años- y videos como si no hubiera un mañana. Videos de "el dia de hoy": celebremos el dia de Santa Eduvigis, el dia de la tecla del piano, el de la liberación de Sumatra y otras chorradas por el estilo; videos para explicar temario de ciencias o sociales optando por el más denso de los dos videos de la misma editorial sobre el mismo tema - se nota que no han visto ninguno de ellos-. Tareas de plástica sin contexto -más videos-. Tareas de Religión con videos que dudo si reír o llorar al reproducirlos y ver la poca evolución teológica en la enseñanza en primaria durante las ultimas décadas. Referencias a los libros del nuevo trimestre que por decisión del centro, aunque se compraron -todos juntos- a primeros de año, permanecen confiscados bajo llave, en el centro escolar y menos mal que la profe manda capturas, o no se sabe de que página me hablas. Era más fácil guardarlos en casa e irlos llevando cada trimestre pero a ningún Illuminati se le ocurrió. De hecho no se permitía.

Mi hijo no ha visto ni una tablet, ni un pc, ni un portátil... en ese centro. Por supuesto sus profesores tampoco parecen haber recibido formación al respecto. Y los padres, a velas vir. Nunca se envió nada tan complejo a  través de la plataforma. Repentinamente se envian "howtos" -no lo traduzco que es un centro multilingüe-, a tutiplén y se prometen videos de "Enviar la tarea según el criterio aleatorio de ayer 1.3" cuando la plataforma se va a tomar.... viento. 

Los padres "a velas vir". De repente tienes que tener un pc -vamos un ordenador-, portatil, tablet o impresora para el niño. También internet en casa -justo en el momento en el que no te instalan ni un misero ADSL-, y de la buena para hacer videoconferencias. Además tener un scanner o saber fotografiar los deberes para que los evalúen, y meterlos en un pdf si lo haces desde movil porque la "dichosa" plataforma no permite adjuntar más que un archivo por asignatura desde Android -desconozco el caso de iOS-, y todo esto para que te manden una inútil autocorreción al final de la semana. Prefiero corregir yo al niño cuando comete un error que esperar una semana y corregírselo sin contexto. Ahora que aún puedo, que tiene nueve años y no da Física Nuclear. No dudo, por supuesto, que los profesores se van a leer todo el material reenviado cuando saben que "no es evaluable", vamos que "no vale para nada". Si, claro que se lo van a leer. Todito.

Los libros. Por fin liberan los libros de la ultima evaluación. Llegado el dia te dan un margen de 60 minutos por curso. Todo el centro en un mañana, para no trabajar demasiado. Otra multiplicación: 3 clases por curso a 25 alumnos por clase= 75. En 60 minutos. Con mascarilla. Sin aglomerarse. Y sin llevar niños. Da igual que tengas que trabajar o teletrabajar o no tengas con quien dejar al crío, porque estipulan que no se puede llevar y ya está. Y que tienes que ir en esa hora y punto.

No me olvido. La plataforma ha colapsado, ¿recuerdan?. El centro se enfrenta al mayúsculo enfado de los progenitores que no son capaces de acceder a la tarea de sus hijos. Cunde el pánico. La Xunta no ofrece respuestas, obviamente. La solución: San Google. 4 dias atrás se envia un correo avisando de que las tareas y su envío van a hacerse mediante Google Classroom y que ya se enviarán los datos de acceso. 4 dias, para 450 padres. Una division: 450 padres entre cuatro dias a 8 horas de trabajo por jornada. Sin resultado. A ver, que Google es facil de usar. Actualización: Pues aún así, hubo que esperar seis días.

Cuidado: que a lo mejor esos dias la dirección del centro -o de la orden- los estuvieron dedicando a leer las condiciones de usuario de Google. Porque cuando dices que vas a abrir un Google Classroom es porque eres un tío listo -o tía lista- y diriges un colegio, o varios, y tienes el culo pelado y ya te has leído antes de hacer el anuncio las condiciones de usuario completitas. Porque afectan al centro y a los alumnos menores de edad. Y has estudiado que datos de los niños y niñas vas a poner a disposición de una empresa americana que además vive de comerciar con datos. Más que nada por evitarte alguna posible demanda, porque la legislación norteamericana, a veces, choca -frontalmente- con la española. Y nadie es tan tonto como para...

  • Montar una plataforma que colapsa con 600 usuarios.
  • No dedicar recursos a formación digital y suponer que el profesorado va a saber que hacer.
  • No explicar bien las cosas y mandar tres "perdona pero" por cada correo enviado con prisas.
  • No revisar las condiciones de Google Clasroom y los datos que se van a ceder, para evitar hundir al centro por 450 demandas de proteccion de datos.

Claro que no.

Porque esta es una historia ficticia, que nunca jamás sucedió.



Photos on Foter.com

Escrito por

0 comentarios:

Publicar un comentario