lunes, 25 de mayo de 2020

Plataformas educativas.


El ánimo para escribir estas líneas ha ido cambiando en estos últimos dos meses. Unos días, me arrastraba hasta el ordenador, sin nada que transmitir. En otras ocasiones, la frustración e indignación me hacían corregir el artículo unas cuantas veces para conseguir que fuese publicable. Esta siendo para todos una montaña rusa emocional, de la que espero de corazón haber pasado las rampas más duras.

Parece muy lejano ya, el día de finales de invierno en que nos encerramos en nuestras casas. Hoy, con temperaturas que anuncian el verano, nos desperezamos como osos saliendo de su madriguera tras la hibernación. El objetivo: recuperar la normalidad. Es ambicioso y llevará tiempo. Implicará una modificación de hábitos que quizá sea definitiva.

Pienso en el curso que viene mientras veo jugar a mis hijas con otros niños del vecindario. Niños con los que hace unos meses apenas cruzaban un hola de compromiso. Hoy, confinadas todavía por el gobierno, sobreviven con sus nuevos compis de tortura. Son sus nuevos amigos del alma.

Si el cambio para los adultos va a ser enorme, para los niños va a ser brutal. Hasta la entrada en la fase 1, llevaban ocho semanas jugando exclusivamente con sus hermanos. En los ratos que no se estaban peleando. Las rutinas de estudio o de trabajo han desaparecido por arte de magia. Sólo las videoconferencias semanales con su tutor y compañeros las consiguen centrar un poco. Como un recuerdo nostálgico de su vida anterior.

Esta situación, o similar, es la que nos encontraremos en Septiembre. La vuelta al cole, que aun no sabemos cómo se hará, va a ser un desafío enorme para profesores, padres, centros educativos y alumnos. La improvisación de estos meses, por la urgencia con que se tomaron las medidas, no podrá justificarse ya después del verano. Las web que contienen los gestores educativos de los colegios no están dimensionadas para estos volúmenes de trabajo. Y cuando todos los padres queremos enviar las tareas de nuestros hijos, en video, foto o documentos, a las plataformas se les ven las costuras.



Existen en el mercado herramientas gratuitas pensadas para este tipo de educación online. Una de las más conocidas, por el marketing que siempre acompaña a ésta compañía, es

Google Classroom un servicio web educativo que forma parte de la plataforma GSuite for education.

Permite la creación de aulas virtuales, distribuidas por materias, en la que profesores y alumnos tengan un punto de encuentro. En ellas se pueden compartir temarios en formatos muy variados, documentos, fotos o vídeos. Se pueden compartir cuestionarios tipo test e incluso calificar las tareas de los alumnos.

Incluye también esta plataforma un espacio para cada alumno en Google Drive, y acceso a Gmail y Google Documents. Ésta última, la suite ofimática de Google, permite trabajos colaborativos sobre un documento, para fomentar el trabajo colaborativo de los alumnos. Los profesores pueden programar tareas, usando Google Calendar, y distribuir los avisos de las mismas mediante Gmail de forma automática a padres y alumnos. Una herramienta simple, pero muy potente para facilitar un nexo de unión entre maestros, alumnos y padres.

Existen otras opciones, también en versión gratuita. Voy a obviar una plataforma muy utilizada en la formación a distancia, como Moodle. La razón principal es la dificultad de configuración y aprendizaje. Lleva su tiempo optimizar una plataforma de éste tipo.

Edmodo es quizá, una de las más potentes y visualmente atractivas de todas las que he analizado. Permite las mismas opciones que Classroom, pero añade la transmisión en vivo de las clases. Puedes crear exámenes calificables, y subgrupos dentro de las clases para asignar tareas adaptadas a cada uno de ellos. Su curva de aprendizaje es extremadamente simple, tanto para profesores como alumnos, y existe una comunidad de foros en las que pueden resolver todas tus dudas.

Schoology es otra opción similar a Edmodo. Quizá sea más atractivo para los jóvenes a nivel visual, ya que tiene una apariencia similar a la de las redes sociales. Algo más simple es Symbaloo, que funciona más bien como un repositorio de materiales que puedes compartir con un grupo determinado.

Con respecto a la privacidad de los alumnos. Google necesita la creación de cuentas de Gmail para los alumnos, cosa que quizá no interese a algunos padres. En cambio, tanto Edmodo como Schoology, sólo recaban datos totalmente anonimizados de los niños. Algo a tener en cuenta sin duda.

Les animo a que prueben cualquiera de las plataformas. Sólo han de crear una cuenta gratuita, sean profesores o padres. Hay muchas formas de organizar el próximo curso. Hay tiempo todavía. Y entre todos, tenemos que poner ganas e ideas. Los niños lo agradecerán.


Publicado en el Dominical de El Correo Gallego
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-Classroom by MIKI Yoshihito. (#mikiyoshihito) CC BY

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