Vaya por delante que no reniego de las tradiciones americanas. Creo en América. Me encantan las Cheerleaders y el porno por Internet. No renegaré jamás de las megahamburguesas grasientas ni de las pizzas multiingredientes. Mucho menos de la portada de los bikinis de Sport Illustrated ni de la suscripción a Playboy. No puedo ni imaginar un día sin Cocacola. Tampoco una noche. Pero todo tiene un límite. Y me explico para que se pongan en situación.
31 de Octubre. 20h. Domicilio de mi suegra. Ella está ocupada dando de cenar a su nieta cuando suena el timbre. Me dirijo a la puerta tranquilamente, suponiendo que será cualquier vecino, o incluso la portera, que viene a rajar un rato. Error. Abro la puerta y ante mí se perfila una sombra siniestra. Es una figura de baja estatura. El pelo hirsuto oculta parcialmente su rostro, que mira fijamente hacia el suelo. Está envuelta en un sudario blanco, en el que se atisban lo que parecen salpicaduras de sangre. No emite ningún sonido. En su mano porta un saco con aspecto siniestro. Me empiezan a temblar las piernas cuando la figura, con un rápido movimiento, fija sus ojos en mí. La mirada cadavérica me sobrecoge, la palidez de su cara, y las sombras negras en las cuencas oculares me dejan sin aliento. De repente, una mano en mi hombro me hace salir del trance. La abuela de mi hija, que ahora se encontraba detrás de mí.
- Toma, dale golosinas que a los niños pequeños no se les debe dar dinero.
- ¡ Aparta de aquí! ¡Pon a salvo a la niña y trae un crucifijo o algo, que aquí hay un engendro del infiern... GOLOQUE????
Entonces caí. Jodido Halloween. Jodida niña, que ahora esboza una sonrisa. ¿No podias haber hablado? ¡La virgen que susto! Jodido engendro del infierno DEL MAL. Pero ¿que coño de tradición es esa? En mis tiempos, en esas fechas íbamos al cementerio a poner flores. Eso era todo lo macabro. ¿Pero que les estamos permitiendo a nuestros hijos? ¿No bastaba con el gordo barbudo vestido de rojo? ¿Pero que mierda es esta?
Bien, una vez más calmado, me he puesto a leer un poco sobre esta m... de fiesta de Halloween, y cual es mi sorpresa cuando descubro que su origen es ¡europeo! Pero manda narices, una tradición que en Europa prácticamente se había extinguido, y nos vuelve remozada con los disfraces y costumbres americanas. La misma historia que la del paisano gordo de la Navidad. Es como si exportamos ahora a USA la costumbre de las uvas de fin de año y nos la devuelven 3 siglos después con melones mojados en jarabe de arce para celebrar el año nuevo. Doce melones, por supuesto. Lo nunca visto.Puestos a importar tradiciones, importemos lo del pavo. No lo de Acción de Gracias, que eso también tiene origen europeo. Lo del pavo. Joder, que pinta tiene. Me vale incluso que haya que tomarlo disfrazado, pero me parece una tradición cojonuda e interesante. Yo lo asimilaría mas o menos rápido, dependiendo de la salsa.
Otra tradición que yo importaría, y que realmente es lo que quería contar es el Black Friday. Señores, ésa es una buena tradición. Allí pueden hacer las compras para Navidad con unas rebajas del copón. Aquí no. En este país el mensaje es: compren ustedes todos sus regalos, que cuando terminen con su paranoia de fiestas, les rebajamos los precios. Y, claro, así nos va. El capitalismo sí lo hemos asimilado.
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