martes, 30 de junio de 2020

Libros electrónicos y machos cabríos



Cabrón. Es el calificativo que te mereces. Prometiste el siguiente libro para 2020. Dijiste que podríamos encerrarte en una cabaña hasta que lo terminases si no cumplías. No nos dejas alternativas. George cabRRón Martin. Me has decepcionado. Con lo que hemos pasado juntos. Allá por el año 2002 te conocí, ambos teníamos 18 años menos. Tú ya eras talludito. Yo aún no merodeaba la treintena. La diferencia de edad no importó. Me enganchaste a tu Canción de hielo y fuego. Hasta hoy. He de decir basta a esta relación tóxica.

Aquel primer libro, Juego de tronos, me encandiló. Más de 800 páginas en papel que devoré maravillándome con cada uno de los personajes, sorprendiéndome con cada giro. La ansiedad por continuar con las aventuras de los Stark, los Lannister, Targayren y compañía duró menos de un año. En 2003 se publicó la segunda parte, Choque de Reyes. Más de 900 páginas tan trepidantes como las de la primera parte. Al terminar, dos años de barbecho, hasta que en 2005 nos volvimos a encontrar. Tormenta de espadas fue el título de esa tercera entrega. En torno a 1200 páginas. Festín de cuervos llegó en 2007. En torno a 800. Tras un total de mas de 3700 páginas que al peso son unas cuantas, llegó el libro electrónico. Y comenzaste tu declive.

5 años. 5 tardaste en dar al mundo (hispanohablante) la quinta entrega. Danza de dragones. Con esta novela, nuestra relación llegó a las 5000 páginas. La sensación fue diferente. Extraña. Antes del lanzamiento de la novela, reinicié la lectura de la saga. Con mis libros de papel. Cuando afronté el nuevo libro, lo hice en formato electrónico. No fue lo mismo. El peso de la historia, quizá.

Recuerdo en aquellos tiempos, a mediados de 2010 multitud de charlas con Juan Gómez-Jurado sobre los beneficios del libro electrónico. Ambos hemos sido siempre de bibliotecas bien nutridas, de adoración a los libros. Y de charlas sobre literatura. Él me regalo el libro electrónico en el que leí Danza de Dragones. Me lo trajo de uno de sus viajes a EEUU cuando no había llegado Amazon a España. Os voy a ser sincero. No me convencía. Aún con mi profesión relacionada con la tecnología, era muy tradicional en ese aspecto. Juan, en cambio, lo vió claro. La apuesta por el libro electrónico tenía que ser decidida.

Tanto quería apostar, que nos embarcó, al también escritor Manel Loureiro y a mí, en un proyecto absolutamente innovador. Estaba naciendo todavía el mercado del libro electrónico en España, muchos proyectos nacían muertos, ante la rigidez para adaptarse de muchas editoriales y la intención de mantener el nivel de beneficios de grandes cadenas. Pues bien, a Juan se le ocurrió crear una red social en la que compartir los libros de nuestra biblioteca virtual. Un gigantesco club de lectura.

El proceso era simple. Un usuario compraba un ebook, lo añadía a la su biblioteca, gestionada por una aplicación en el ordenador, y mediante un drag&drop, prestárselo a un amigo, por un determinado período de tiempo. La aplicación se completaba con un completísimo catálogo de novedades, opiniones sobre los libros, recomendaciones y un montón de proyectos más. Nos reunimos con las mas grandes editoriales del país. El proyecto no era caro. Pero el miedo del mundo editorial a que se les acabase la gallina de los huevos de oro, mezclado con la inminente llegada de Amazon, y la incapacidad manifiesta de apostar por el I+D nacional, dejó todo en una bonita historia.

Según pasaban los meses, me di cuenta de que esa tecnología había llegado para cambiar nuestras vidas. Podías leer tumbado en la cama un volumen de tres mil páginas sin que se te quedase el brazo dormido. Podías tener en la palma de tu mano una biblioteca entera. Las pantallas de tinta electrónica necesitaban una luz externa, con lo que no cansaban la vista ni lo más mínimo. Y para ser un dispositivo electrónico, no eras esclavo de un cargador de corriente.

Hubo quien en aquella época, se deshizo de todos sus libros en papel, donando los ejemplares a bibliotecas, o regalándolos. Yo fui incapaz. Sigo teniendo cientos de libros ocupando las paredes de mi casa. Pero fui cambiando mis costumbres. Desde entonces, tengo un libro electrónico en mi mesilla. Y cada noche puedo decidir lo que leo solamente pulsando unos botones en un menú.

Hay mucha variedad de ebooks en el mercado. Muchos modelos diferentes, con sus pros y sus contras, pero yo me quedaría con tres únicas marcas: Tagus, Kobo y, cómo no, Kindle. La principal diferencia de Kindle con las otras dos, es el ecosistema de Amazon. Una librería virtual enorme. Cuenta con Kindle Unlimited, que te da la posibilidad de acceder a más de un millón de libros por 9,99 € al mes. Pocas empresas pueden ofrecer esto. Y esa es la principal ventaja de Amazon sobre sus competidores.

Por características técnicas, la pantalla de 6 pulgadas es la predominante. Hay que escoger si lo queremos con retroiluminación o no. Consiste en una luz LED que sale de los bordes de la pantalla, para permitirnos leer sin una fuente de luz externa. Pero no es una luz que se dirija a nuestros ojos, como la de los teléfonos o tablets, así que es muy cómoda. La ventaja de las pantallas de tinta electrónica, es que son prácticamente inmunes a la luminosidad del sol a cielo abierto. Intenten leer en un móvil con el sol a su espalda. No tendrán ese problema con un ebook.

La batería suele durar varias semanas con un uso normal. Más de un mes si son de los que no tienen luz integrada. La capacidad, depende, pero en uno de los más modestos, con 4 Gb puedes guardar cientos de libros. En cuanto a la conectividad, casi todos poseen USB y conexión WIFI, para poder cargar libros en la memoria. Algunos, incluyen una conexión LTE (como si fuese una tarjeta de móvil) gratuita, para poder descargar libros, por ejemplo, en la playa.

Una aplicación imprescindible, si queremos sacar el máximo provecho de un ebook es Calibre. Es un programa gratuito, que descargamos en el ordenador, y nos permite tener organizada nuestra biblioteca. Él solito se encarga de descargar portadas, fechas de publicación, sinopsis… Está preparado para cambiar los libros entre diferentes formatos, PDF, EPUB,MOBI, DOCX y muchos más. También nos permite calificar los libros,y ordenarlos por autor o por temática. Lo dicho, imprescindible.

En fin, yo ya soy un converso. Pero sigo, como ávido lector, pendiente de las novedades, y de las series inacabadas. Por eso, George R.R. Martin, te tengo en el punto de mira. Si no hubieses dicho que eran 7 volúmenes, otro gallo cantaría. Pero lo has dicho. Ahora apechugas. Vete a la cabaña en la que deberías estar hace unos años y escribe los dos que te faltan. Que los años no pasan en balde.

Quizá sea la barba. Otro ejemplo, Patrick Rothfuss. La saga Crónica del asesino de reyes tuvo su primera entrega en 2007, la segunda en 2011, la tercera y última… sin fecha. Deberían prohibir a estos cabrones (por la barba lo digo) publicar una entrega sin tener escritas las demás. Que dejen de jugar con sus lectores. Que no todos estamos en nuestros cabales. Después se escandalizan con Misery…

Tomen ejemplo de J.K. Rowling. Ha terminado su saga de Harry Potter y ya puede vivir tranquila, Y millonaria. Así se hacen las cosas. Señor Gómez-Jurado, aplíquese el cuento y enciérrese a escribir la tercera novela de su serie.

 No puedo terminar este texto, sin recordar a Cristina Maciá, traductora de Juego de Tronos. Coincidí en una cena con ella en Gijón hace unos años. Para mí un privilegio. No he vuelto a hablar con ella desde lo de Hodor….Hold the door. Desafíos imposibles de traductores, por culpa de cabrones con barba.


Publicado en el Dominical de El Correo Gallego
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Photo by Oscar F. Hevia on Foter.com / CC BY-NC-ND

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