viernes, 16 de agosto de 2019

Coches que se conducen solos



La ilusión de que los coches están cambiando es solamente eso, una ilusión. Hace 10 años prometían que los coches alternativos -eléctricos o de hidrógeno- serían una realidad en cinco años. La realidad es que han pasado esos cinco años -y cinco más y ya van diez- y se sigue estirando la vida de los motores basados en combustibles fósiles, hiperrevolucionados y con parámetros seudoecológicos: bajas emisiones de CO2 y menores consumos en ciudad, que parece ser lo importante.


Con la complicidad de las empresas de transportes -publicas o privadas- que se niegan/resisten a billetes únicos, abonos transportes, frecuencias lógicas y todo lo que huela a facilidad o comodidad para el usuario; el dominio del coche se resiste a desaparecer. Por supuesto cada ciudad tiene sus problemas propios. Pero uno, que es un chico de provincias que tuvo la suerte de pasar por la capital temporadas hace años, no puede menos que asombrarse que el abonotransporte tan habitual entre la juventud de mi epoca - y ya soy cuarentón - en aquel Madrid y cercanías de los 90, no haya encontrado ningún esfuerzo similar en A Coruña -y alrededores- en todo lo que llevamos de siglo XXI.

coche autonomo descripcion funciones
Fuente: Revista Trafico y seguridad Vial - DGT

Y de pronto los americanos prometen que hay coches que se conducen solos. ¡Anda ya!. No puedo llegar de A Coruña a Sada, que distan 20 km, en menos de 35 minutos en autobús y tú me vienes con fantasías de Buck Rogers (no século XXV).

Lo peor de todo es que es posible, obviamente, y que sería mejor para la conducción vista la actitud de algunos que piensan que corriendo más, llegan antes. Y le doy la razón a los visionarios americanos. Si puedo llegar a velocidad constante de un punto A a un punto B y sin atascos: compensa que conduzca un ordenador. Voy a llegar antes que si conduzco "a mi manera". Porque aunque yo crea que conduzco genial, no soy tan perfecto como podría parecer. El ordenador no se enfada, no acelera cuando lo adelantas, no se pone tonto, no te frena delante, ni humanidades por el estilo.

Mucho más seguro, sin duda. Sea por autopista -que parece más viable- que por carretera -las pruebas en California no me parecen un ejemplo para las tortuosas carreteras secundarias europeas, pero bueno-. Problema: si ya los plazos para conducir "sin gasolina" se han retrasado diez años. Lo de dejar al coche conducir solo, me suena -aún más- a ciencia ficción.


El mal menor, las tres leyes de la robótica. ¿Quién decide? De entrada no quiero verme en ningun accidente con fallecimiento de por medio. Yo no quiero un coche que "mate" a mi hijo por salvar a dos transeúntes, llámame egoista.

O que le falle el algoritmo y decida que vale más la vida de un peatón en un paso de cebra que las de 20 personas en una terraza. Porque el coche inteligente, depende, obviamente de las carreteras inteligentes y de gente concienciada -e inteligente-, de no ponerse en peligro tontamente. Y aquí en esta Galicia tan nuestra... Digamos que aún no estamos preparados. Ni por carreteras, ni por mentalidad. Ver a jubilados sin chaleco reflectante caminando por el arcén, en zonas rurales, durante la temprana noche invernal es de lo más habitual.


Y la tan anunciada tecnología... Va a tardar más de lo previsto, porque así resultan las cosas.

En mi caso concreto llevo 5 años esperando por un eléctrico decente -promesa de hace una década-. Mi coche, que ya tiene quince años, cumple siendo un gasolina y en unos años tendré que cambiarlo... pero todavía no tengo claro por qué optar.

Porque los eléctricos que tan bonitos quedan sobre el papel de las revistas, en las que tanto salen, vienen con su propios problemas: precios elevados, autonomías cuestionables, envejecimiento de lass baterías, sin lugares suficientes -todavía- donde repostar. Y eso en un un primer vistazo, ya le dedicaremos un rato en otra ocasión.

Visto lo visto. Lo mejor es comparse una bicicleta, lástima que a mi edad ya no tenga fuelle para recorrer 120 km con ella.

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