
Pero todo esto tiene un comienzo. Andrew Sullivan es un muy reputado crítico político y social. Su blog, "The Dish", afiliado estos últimos años a "The Daily Beast" tiene estimados un millón de lectores al mes. Eso significa por lo menos un par de cosas, que lleva tiempo ofreciendo contenidos de calidad, y que sus opiniones son influyentes. Tiene un equipo de 7 colaboradores-redactores, que hasta ahora dependían económicamente del blog principal al que estaban afiliados.
Pues bien, ha decidido dejarlo y lanzarse a la aventura. Quiere que nadie le marque ningún camino e ir por libre. Problema: con una estructura de al menos 7 redactores, se necesita financiación. ¿Estarían sus seguidores dispuestos a facilitarsela? La respuesta, en un sólo día. SI. Mas de 300.000 $ en 24 horas, entre casi 12.000 suscripciones anuales de 20$ y más de 2.000 donaciones voluntarias a mayores de la suscripción. A cambio, él se compromete a no mostrar publicidad en el blog.
Esto me lleva a una reflexión. Un periodista independiente que sólo se debe a sus lectores. Un periodista independiente que puede atraer a otros de similar visión que sólo se deban a sus lectores. Estos otros periodistas recién llegados, pueden traer nuevos lectores y suscriptores al blog. Un nuevo "viejo estilo" de comunicación renace en Internet. Sin ataduras, sin servilismos, sin favoritismos. ¿Suena a utopía?¿Puede durar? El tiempo lo dirá, pero si siguen firmes y sin ataduras, creo que otros irán detras. De esta manera, quizá, dentro de algún tiempo podamos volver a tener espíritu crítico. Quizá dejemos de encasillarnos los unos a los otros dependiendo del diario que tengamos en las manos. Quizá consigamos ver un telediario sin sentir que nos están adoctrinando. Quizá, y sólo quizá las cosas dejen de ser blancas o negras y podamos distinguir un grandioso mosaico de diferentes colores.
Volviendo al mundo real quiero acordarme aquí de la gente de Jot Down, por ejemplo, que están haciendo un grandísimo trabajo. Y también de mi madre, que me dijo de pequeño que la envidia era mala. Que razón tenia, 300.000$ en un día de razón.
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