En Ikea se han vuelto locos. Ultimamente nos han contado que además de muebles van a vender: casas prefabricadas, muebles con tele plana y sistema 2.0 incorporado y ahora cámaras digitales de cartón.
Ya de primeras deciros que no serán sumergibles, de hecho tampoco recomiendo usarlas bajo una lluvia de más intensidad que orballo y por períodos de tiempos de cortos a muy cortos.
Si la firma sueca se ha convertido en un referente en muebles baratos y con "estilo" ese no será el caso de las cámaras. La idea no es mala, una cámara sencilla y esperamos que muy barata, hecha de cartón con memoria interna de 40 fotos, dos pilas AA y un conector USB. Lo malo: que llega tarde. Cualquier teléfono móvil con menos de 5 años incorpora cámara digital y en los modelos de los últimos dos años de gama alta, con una calidad que puede competir mano a mano con muchas compactas.
Así que mucho nos tememos que esta idea acabe resultado una curiosidad que conseguirá un par de menciones en blogs, pero no será un éxito de ventas.
Actualización 02/05/12: La cámara Knappa será parte de una promoción de IKEA para "fotografiar tu hogar" y su resolución será de 2.3 Mpx. Se baraja un precio inferior a los 5€ -todavía sin especificar- y habrá que montarla. Tampoco es difícil, girar el cartón "snuchfel"* y apretar los tornillos "jajidundin"* y lista para hacer peores fotos aún de las que haces con tu móvil de penúltima generación.
Por supuesto el "zoom" consiste en acercar o alejar la cámara y el "estabilizador de imagen" en apoyarla firmemente en algo. No es una cámara rápida -necesita ocho segundos entre disparo y disparo para procesar la imagen-, y pasar las fotos entre la cámara y el pc no es vía wifi ni por email si no hay que enchufar el conector usb en un puerto del ordenador y listo.
Bromas aparte, Ikea ofrece ya versiones en 29 idiomas del manual de instrucciones de la cámara Knappa, antes de su lanzamiento. Ya quisieran las Canon y las Nikon ofrecer el mismo servicio al cliente.
* Los nombres del cartón y los tornillos son "inventaos", cualquier parecido con la realidad -tanto en grafía como en semántica- serán pura coincidencia. No así el nombre comercial de la cámara.
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