Amazon no llegó a España, se topó con ella de frente, de golpe y sin estar preparados.

Posiblemente la mayor tienda norteamericana de internet esté acostumbrada a cumplir los plazos de entrega, en un país con una superficie casi 20 veces mayor que la de España, porque los servicios de mensajería americanos cuentan con personal altamente cualificado y eficiente que realizan sus entregas sin importar que llueva o que nieve, que sean fiestas locales o nacionales –tiene muchas menos que aquí por cierto-, que haga un calor de mil demonios o un frío que se le congele el valor –y las pelotas- al más templado y entregan a tiempo tanto en el centro de New York como en un rincón perdido de Texas, o de Michigan.
Pero llegaron a España. Una infraestructura gigantesca enfrentada al transportista cañí de camisa abierta y colilla en la comisura, carajillo en la barra y esto ya lo entrego luego, o después, o más tarde. Sólo eso explica que pasó con el misterioso envío que compré en Amazon –
Kindle
, dos fundas y libro en papel- y que a pesar de solicitar en “3 a 5 días” llegó en ni más ni menos que diez. Vale que se acercaban las fechas navideñas y vale que las empresas de transporte están saturadas de envíos, aunque eso parece estresar más a los directivos de las mismas que a los repartidores que no andan más acelerados que de costumbre por ello.
España o el limbo de los envíos
Fecha de llegada prevista 15-16 de Diciembre. Amazon permite seguir sus envíos. Me pongo a ello: efectivamente el
Kindle
junto al libro sale al día siguiente (martes y 13) de UK –léase Gran Bretaña- y las fundas salen de Italia y pasan por Grimbergen a tomarse una caña.
El viernes 16 detectando que no llegan en fecha, Amazon me envía un correo ofreciendo la cancelación con devolución del importe. Supongo –craso error- que será cosa de un día o dos y lo dejo correr. A veces parece que no conozco el país en que vivo, que por cada profesional –que los hay- hay cinco rascándose los huevos a dos manos y con saña.

El
Kindle
y cia llegan a España el 16 de Diciembre (13.00h) y desaparecen… durante 5 días… en el limbo de los ebooks perdidos. Harto de esperar, pasados esos cinco días, me pongo en contacto con Amazon, vía email desde su página de ayuda. Me responden pocas horas después pidiendo disculpas y ofreciendo, de nuevo la cancelación del pedido y la devolución del dinero, o reenviármelo todo otra vez en un plazo de dos días. Acepto esta última opción.
La tecnología al servicio de la entrega
A la mañana siguiente me llama el repartidor que está delante de la puerta de casa. Salgo, abro el portal con el mando y no hay nadie. Lo llamo
¿Delante de la casa de quien estás? Que si no encuentra el sitio, que si paso el lavadero y …
¿Qué lavadero? Si le puedo dar la dirección exacta que ya pregunta él – ni gps, ni google maps ¿pa que? –. Le doy la dirección y al cabo de diez minutos lo veo aparecer andando con cara de despistado acosado por tres perros de un vecino en uno de los caminos –justo por el que no le cabía la furgoneta- que sube hasta casa. Firmo y por fin tengo mi
Kindle
para regalar.
Me quedo con la impresión de que Amazon metió caña a la agencia de transportes, más que nada porque el segundo envío prometido no llegó a salir y el repartidor despistado me dijo “me mandaron venir aquí y no conozco” como si esta no fuese su zona pero hubiese que traerlo hoy por pelotas.
¡Oh sorpresa! ¿Será esta la causa de que el envío no llegara? ¿Quién es Fran? ¿Dónde vive su tio? ¿A que lavadero hace referencia? Amazon no sabe con quién se la juega, el tio de Fran está en su contra.
Por cierto la dirección que figuraba en el envío y que yo mismo había facilitado a Amazon en el momento de la compra: Correctísima, sin erratas ni equívocos. Mejor incluso que ciertos bancos y telefónicas españolas que aciertan de chiripa con los apellidos y las direcciones, a veces parece que tomó nota un mono borracho de anís, y cuyas cartas y facturas llegan sin excepción. ¿No será que ciertos repartidores hacen más caso a indicaciones a boli de algún colega que a la dirección que figura en la etiqueta de destinatario? ¿De verdad las compañías de reparto no han dotado, todavía, a sus flotas de gps o de teléfonos con esta tecnología?
A pesar de todo, punto para Amazon, tanto por la rapidez a la hora de posibilitar cancelar su envio en cuanto vieron que no llegaba a tiempo, como por su celeridad y dinamismo en dar respuesta a mi email de queja con posibles soluciones.
Por otro lado si esta vez la espera fue desquiciante y excesiva, la compra vía whispernet es sencilla e inmediata. Y esto último pueden probarlo descargándose alguno de los
ebooks gratuitos
en español que Amazon pone a su disposición.
Pasadas las fechas navideñas probaré
Amazon Premium y ya veremos si son capaces de cumplir con tres días como tope de entrega. Visto lo visto yo apuesto a que no podrán. Tienen al tío de Fran en contra.
Última hora: Lo dicho, con España han topado. Mientras escribo estas líneas, me han llamado de Amazon para pedir disculpas por el retraso y me comentan que lleva todo el día intentando contactar con MRW –la empresa que les lleva los envíos- con respecto a mi petición y le han confirmado que uno de los paquetes del pedido me ha llegado. Le digo que me llegó completo y él alucina, me pide que se lo confirme y reitera sus disculpas por el retraso. Otro punto más para Amazon por la atención al cliente.