Y aquí está el dato importante: Tres minutos. En tres minutos, 180 segundos para que se hagan una idea, apareció el primer desmentido de la falsa información. Si, ahora ya sabemos que era mentira y aún así la bolsa bajo y subió rápidamente al rato -una vez aclarado el tema oficialmente-.
Pero esto que podría ser una simple anécdota no lo es tanto. Twitter, la red en la que todos depositamos nuestros sueños, pesadillas, cafés y opiniones de bar está resultando ser fácilmente hackeable. Ténganlo en cuenta y no se les ocurre poner de contraseña 12345 que los hacker se saben hasta las fáciles.

Menos mal que aquí contamos con el anonimato de no ser más que marionetas de la Merkel y no contar para nada.
Como última curiosidad: la cuenta de Associated Press perdió dos millones de seguidores una vez que se solucionó el problema. Digo curioso porque culpar a AP del problema resulta erróneo. No resulta extraño que desde Twitter estén trabajando en una mayor seguridad en las cuentas con un sistema de doble autentificación.
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