
Resulta que en el colegio, les pidieron un trabajo de ciencias para comprobar los efectos de la altura en la temperatura y la presión. Hasta ahí, algo normal, un trabajo de Física digamos. Lo extraordinario viene ahora. Construyó una capsula con forma de cohete, sujeta a un globo. A esta cápsula la dotó de diversos sensores de temperatura y presión, GPS, y varias cámaras para poder seguir el experimento. Es de suponer que el trabajo costó un dineral.
Bien, el globo con la infame gatita llegó hasta casi ¡29.000! metros de altura. Se dice pronto. Una vez el globo explotó por la presión, Kitty regresó sana y fastidiosamente salva a La Tierra. Aterrizó suavemente en la copa de un árbol a unos 75 kilómetros del punto de partida. En el montaje de video que han hecho se ve el proceso perfectamente. No os lo perdáis.
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Evidentemente, y a falta de que digan por ahí que es un montaje. La niña recibió ayuda. Y no sólo de su padre, llamado Rodney, si no de múltiples empresas que han cedido o han colaborado con la aportación de cámaras y otros tipos de aparatos de medición a cambio de publicidad. ¿Se imaginan extrapolar cualquiera de las cosas que les he contado a España?
Fuente : www.cbc.ca
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